Economía circular en el sector agroalimentario, una necesidad ineludible

Posted by aclimaadmin | 19/07/2018 | Aclima Blog, Uncategorized EN

Las prácticas de las nuevas economías no han de circunscribirse solamente al ámbito industrial y urbano, existen otros muchos sectores donde su aplicación puede mejorar los procesos de producción, limitar el despilfarro de recursos y optimizar el uso de la energía y materias primas. En este sentido, urge la aplicación de los principios de la economía circular en el sector agroalimentario.

Para que el aumento poblacional que se espera que se de en el mundo sea sostenible, debemos asegurar nuestra capacidad para alimentarnos. En la actualidad, existe una presión creciente sobre los recursos naturales y deficiencias en el almacenamiento y distribución de los alimentos, lo que unido a las consecuencias del cambio climático pone en jaque el desarrollo futuro del sector alimentario en los parámetros actuales.

Objetivo: acabar con el derroche alimentario

Se calcula que anualmente se desaprovecha una tercera parte de la producción mundial de alimentos a lo largo de la cadena de valor agroalimentaria. Hay estudios que manifiestan que en la Unión Europea se desperdician cada año 88 millones de toneladas de comida, aproximadamente el 20% de la producción. En España el problema no es menor, con tasas de desperdicio de 25,5 millones de kilos de alimentos a la semana.

Estos alimentos suponen, además de un despilfarro de recursos, un enorme impacto ambiental. La agricultura consume el 70% del agua disponible, lo que convierte la gestión correcta del riego en un problema fundamental. También el aumento de la producción alimentaria conlleva frecuentemente considerables costes ambientales: la degradación del suelo por contaminación o mal uso representa unos costes estimados de alrededor de cuarenta mil millones de dólares anuales a nivel mundial.

Por lo tanto, el principal desafío del sector agroalimentario tiene que ser reducir ese desperdicio, aprovechando mejor los recursos agrícolas y energéticos. Es aquí donde la economía circular puede ayudar:

La economía circular puede aplicarse a la gestión de los recursos, para mejorar las tasas de reutilización y gestionarlos de manera más eficiente. Las nuevas tecnologías digitales ayudarán, a través de diferentes fuentes de datos y su gestión a través del Big Data, a mejorar la eficiencia de gran variedad de aspectos, como el riego, el control de plagas, la distribución y conservación de los alimentos, el control de su caducidad etc.

Dentro de la agricultura, es necesario apostar por cultivos de bajo impacto ambiental, por el desarrollo de nuevos productos alimenticios y por el aprovechamiento de los existentes. En este sentido, recientemente el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha impulsado que el mercado de la alimentación animal se abastezca con la producción sobrante de la industria agroalimentaria.

En definitiva, hemos de tener en cuenta que la economía circular no es nueva en agricultura, más bien supone volver a modelos del pasado en los que primaba el respeto ambiental y el aprovechamiento de los recursos.

Proyectos europeos

Recientemente, la Comisión Europea publicó una comunicación titulada “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” en la que se manifiestan las intenciones de promover una transición a una economía más circular, en concordancia con los objetivos de desarrollo sostenible para 2030 aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En ellos se incluyen reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante y minimizar la pérdida de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro.

De esta manera, han surgido iniciativas como el Proyecto ORHI, desarrollado por un consorcio transfronterizo formado por 9 organizaciones, entre las que se encuentra Aclima, y que pretende aportar soluciones innovadoras de economía circular al sector agroalimentario. Este proyecto no solo aborda la gestión de los alimentos y los residuos orgánicos, sino que también busca soluciones al excesivo uso de plásticos en el sector agroalimentario. En definitiva, se trata de aportar valor a la industria agroalimentaria a través del desarrollo de sinergias entre empresas del territorio occidental de POCTEFA y la identificación de tecnologías y modelos de negocio innovadores, que permitan mejorar la circularidad de los flujos de materias orgánicas y plásticos.

Se trata de un plan que implica a organizaciones tanto del norte de España como del sur de Francia. En concreto, por parte de Euskadi participan, además de Aclima, SAIOLAN, S.A. y AZARO FUNDAZIOA; por parte de Navarra, AIN, Asociación de Industria Navarra; de La Rioja, ADER, Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja; por parte de Pirineos Atlánticos: APESA (Association Pour l’Environnement et la Sécurité en Aquitaine), CCIBPB (Chambre de Commerce et de l’Industrie Bayonne Pays Basque) y ESTIA (Ecole Supérieure des Technologies Industrielles Avancées); y de Midi-Pyrénées: COOP.DE FRANCE MIDI-PYRÉNÉES.

Aclima, Basque Environmet Cluster, tendrá una participación destacada en las acciones de transferencia de buenas prácticas y modelos de negocio, con su red de inversores Aclima-EBAN y como representante de empresas con soluciones en las principales cadenas de valor ambientales.

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